“No podemos proteger la biodiversidad en medio de las guerras”: Prescillia Monireh Kapupu

Texto

Camilo Alzate

Ilustración

Sara Arredondo

19 de noviembre de 2024

Compartir

“No podemos proteger la biodiversidad en medio de las guerras”:

Prescillia Monireh Kapupu

La cuenca del río Congo, en el centro del continente africano, alberga la segunda más grande y mejor conservada selva tropical del planeta. Durante la COP16 de biodiversidad que tuvo lugar en Cali conversamos con Prescillia Monireh Kapupu, mujer indígena de los pueblos pigmeos de la República Democrática del Congo.

Prescillia Monireh Kapupu nació al occidente de la República Democrática del Congo, en la ciudad de Goma. Bióloga y defensora de los derechos de las comunidades indígenas pigmeas de su país, considerados los pobladores más antiguos del continente africano, Monireh es oriunda de las selvas tropicales del África central.

Los pueblos originarios han protegido y conservado la segunda selva tropical más grande del planeta en la cuenca del río Congo, compartida por varios países del centro de África en donde la República Democrática del Congo tiene la mayor parte.

La República Democrática del Congo fue uno de los países que más insistió durante la pasada COP16 de Cali para que fuera creado un fondo especial con el cuál financiar los esfuerzos que hacen diferentes Estados en la protección de la biodiversidad, propuesta que no pudo aprobarse por consenso. Entre los objetivos nacionales del Congo para proteger la biodiversidad se contempla “identificar y valorar los conocimientos tradicionales y de las comunidades locales e indígenas” para “la conservación y uso sostenible de la biodiversidad”.

Datos de la WWF indican que la cuenca del Congo abarca cerca de 180 millones de hectáreas de selvas tropicales en donde viven alrededor de treinta millones de personas. Sus selvas de montaña al occidente de la cuenca son el hogar de especies emblemáticas como los gorilas, en grave riesgo de extinción.

La región, y en especial la República Democrática del Congo, han sido el escenario de varios de los conflictos armados más largos y violentos de la historia reciente, con un saldo de más de cinco millones de muertos y cerca de siete millones de desplazados, según datos de ACNUR. El último de ellos se conoció como “la guerra del coltán”, porque implicó la disputa sangrienta de grandes yacimientos de ese mineral en el país, donde intervinieron fuerzas de estados vecinos y más de veinte milicias o facciones locales. Aunque la guerra terminó formalmente hace dos décadas, el control territorial de buena parte del país sigue en manos de milicias y facciones armadas locales que desafían el poder del Estado central.

La región donde nació Prescillia, además, fue epicentro de la crisis de los miles de refugiados ruandeses que huyeron de las masacres durante el genocidio ocurrido en aquel país a mediados de la década del noventa

En entrevista con Baudó AP, Prescillia Monireh Kapupu fue crítica de la hipocresía de la comunidad internacional que llama a proteger la biodiversidad, pero tolera y alienta guerras fratricidas como las que se viven en su país.

¿Cuál es la importancia de los pueblos indígenas en la cuenca del río Congo, la segunda selva tropical más grande del planeta?

Hay muchos roles que desempeñan los pueblos indígenas en la protección de la selva, sobre todo en la cuenca del río Congo, donde el 70% de la cuenca se encuentra en la República Democrática del Congo. Los pueblos indígenas y las comunidades locales juntas han mantenido esta selva intacta a través de sus conocimientos y reglas tradicionales, juegan un papel muy importante pues han vivido en armonía con la naturaleza de generación en generación justo hasta hoy. Si uno mira las tasas de deforestación en nuestro país son menores que en las selvas de otras cuencas como la Amazonía.

Se habla bastante de la importancia de la Amazonía para proteger la biodiversidad, pero menos de la cuenca del río Congo, ¿por qué cree que pasa eso?

Desde mi punto de vista, desconocer que esta importante selva se encuentra en África hace parte de la discriminación en que caen los informes y los medios de comunicación. En segundo lugar, nosotros mismos, los africanos, no comunicamos demasiado y nos encontramos frente a una selva diferente. Si la Amazonía ha llamado la atención, ¿por qué no nos reunimos los africanos para empezar a dar a conocer nuestras posiciones, para aceptar que hoy en día los bosques de la cuenca del Congo son más importantes que los bosques del resto del mundo? Los bosques de la cuenca del Congo aportan mucho como sumideros de carbono y poco a poco hemos empezado a comunicar más sobre esto. La última Cumbre de las Tres Cuencas, que albergan los principales bosques tropicales del mundo, Amazonas, Congo y Borneo-Mekong, tuvo lugar allí, precisamente en la República del Congo [país vecino de la República Democrática del Congo], en la ciudad de Brazzaville. Hubo grandes intercambios de gente que llegó desde muchas partes del mundo.

¿De qué parte del Congo vienes?

Yo soy de la provincia de Kivu del sur en la República Democrática del Congo, donde queda nuestro Parque Nacional de Kahuzi-Biega, un sitio con múltiples conflictos armados. Vengo de un lugar donde la guerra está ardiendo hasta el día de hoy.

En Colombia se habla de la relación entre la violencia y la destrucción del medio ambiente, el Congo es un país en guerra igual que Colombia, explícame cómo es la situación allá.

Hoy estamos en medio de un conflicto armado que desestabiliza nuestra biodiversidad. Un ejemplo de ello es el Parque Nacional de Khauzi-Biega que ahora es impenetrable por la guerra. Los guarda parques, los indígenas y las comunidades locales viven al borde de la muerte; hay una gran desestabilización de estos espacios por el conflicto armado. Por desgracia, el conflicto armado es financiado por algunos de los fondos que financian también la biodiversidad. Nosotros hemos escrito a las Naciones Unidas diciéndoles que nuestra biodiversidad es destruida por las armas que ellos financian, bastaría con sentarse a abordar esa cuestión aquí [en la COP16] para encontrar una solución. Hay muchísima discriminación, muchísima sangre derramada, incluso hoy mientras yo hablo, allí se sufre la guerra. Esperamos voluntad política internacional para, tal vez, llegar a una solución. De lo contrario, ¿cómo vamos a contribuir a la meta de conservar el 30% del territorio y la biodiversidad de acá al 2030, si estamos preocupados por los conflictos armados que ellos mismos financian?

Dame un ejemplo de cómo funciona esa financiación por parte de actores de la comunidad internacional a los grupos armados que operan en el Congo

Es algo que abiertamente se ignora, pero todo el mundo sabe cómo se financian las guerras. Hay países vecinos que no pueden estar en calma, que vienen a atacarnos. Hay países que están detrás de otros instigando la guerra, como ocurre entre Rusia y Ucrania. Del mismo modo que hay algunos alineados con Rusia o con Ucrania, sucede igual en la guerra que hay en la República Democrática del Congo, pero por desgracia allí no es mediatizado. Estamos a punto de correr la misma suerte que corre Ucrania hoy. Son nuestros vecinos quienes destruyen nuestra biodiversidad y tienen ayuda internacional. No puedo identificarlos, pero en las noticias se comprende quienes están detrás de estos ataques. Hay amenazas contra quien se atreva a decir cualquier cosa relacionada con la protección de nuestra biodiversidad y la causa es esa importante riqueza que tiene el Congo. Tenemos petróleo, tenemos minerales y los países desarrollados no quieren decir nada, van a permitir que esta violencia pase como algo normal. 

¿Hay intereses de mineras o multinacionales que financian esa violencia?

Efectivamente los hay. Como se sabe, la República Democrática del Congo está llena de riquezas y los otros piensan “es para nosotros”, hay intereses detrás. La desestabilización de la parte occidental de nuestro país, la parte más importante, es verdaderamente preocupante. Y los africanos no tenemos la suficiente fuerza para hacer la guerra entre nosotros mismos si no somos sostenidos por aliados internacionales.

Es la zona limítrofe con Ruanda y Uganda…

Si, somos limítrofes con ellos. Nuestra ministra [Eve Bazaiba] lo dijo alzando la voz en la COP15 de Montreal, para demostrar que los países vecinos están perturbando la estabilidad del Congo. ¿Cuáles países vecinos? Se puede decir que Ruanda, se puede decir que Uganda, pero sobre todo Ruanda. No es algo oculto. Sin embargo, como yo soy apolítica, pertenezco a la sociedad civil, me limito sólo a esto.

¿Cuáles son las principales amenazas para los pueblos indígenas de la cuenca del Congo?

El acaparamiento de tierras, creo que aquí es igual. Está el conflicto armado y también están las iglesias, porque las iglesias tienen como principio que toda práctica diferente a las suyas es considerada brujería. Hay industrias mineras, forestales, hay bastantes amenazas, también el efecto que se produce al emigrar e integrarse a la civilización, que afecta nuestros territorios.

¿Qué reivindicaciones hacen los pueblos indígenas del Congo a su gobierno?

No pedimos gran cosa, sólo que nuestro territorio sea seguro, que nuestro espacio no sea perturbado, que haya planes de desarrollo propuestos por nosotros. Es así de simple. Queremos ser los actores de nuestro propio desarrollo. En lo que concierne a las otras naciones, les exigimos que no den sustento a la guerra para que nuestro territorio sea seguro.

¿Qué piensas de este evento en Cali con toda esta gente que habla y habla sobre biodiversidad sin muchas acciones concretas?

Voy a ser específica: por nuestra parte ya hay voluntad política, a pesar de que debamos marchar a paso de tortuga y sin suficiente financiación. Sin embargo, hemos avanzado en ese sentido. Tenemos una estrategia, unos objetivos nacionales y sabemos cómo podrán ser realizables y palpables, cómo podrán contribuir a los objetivos del desarrollo sostenible para contextualizar aquello que ya se concretó como estrategia. Porque las comunidades indígenas estamos en el centro de este asunto. Al ver los objetivos que el Congo ha presentado a la secretaría de la Convención para Diversidad Biológica, aquello ya es algo magnífico para nosotros. Nuestro plan y nuestra estrategia es muy ambiciosa y esperamos que con la financiación adecuada nos podamos desarrollar.

¿Algo más que quieras agregar?

Como mujer, como indígena y oriunda de un país en medio de las guerras, como persona humana, yo pido que hagamos el esfuerzo de vivir en armonía con la naturaleza y los humanos juntos. La comunidad internacional se escandaliza con la deforestación o la muerte de los elefantes, pero cuando muere gente para ellos eso no es la destrucción, se le da más valor a un árbol o a un animal, que también son importantes, pero es importante que el ser humano pueda recuperar su lugar, ¿Y cómo recuperamos ese lugar? Si yo tengo valor, también debo proteger eso que es valioso para mí.

Comparte

Facebook
WhatsApp
Twitter

Lo más leído

Comments are closed.