Texto
Mathilde de Jeu e Irene van den Berg, The Investigative Desk
Ilustración
Sara Arredondo
Diciembre 7 de 2024
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No es un camino trillado
La marca de café Nespresso AAA afirma vender café sostenible creando mejores condiciones de vida para los caficultores. Y mientras los consumidores europeos se tranquilizan con estas promesas, hay caficultores en Colombia que apenas pueden mantener la cabeza fuera del agua. Según los involucrados, el control y la transparencia sobre el cumplimiento de los lineamientos no siempre son correctos.
En la plaza frente a la iglesia de un caserío de montaña en inmediaciones del municipio de Quinchía, en Colombia, los granos de café se secan bajo el sol abrasador. En un bar vecino suena música española mientras tres jubilados beben un vaso de aguardiente. Para Miguel, caficultor de 71 años, esto no es posible. Su finca se encuentra a 45 minutos en carro del pueblo, por un camino de arena sembrado de grandes piedras. Desde su casa sube y baja por un sendero resbaladizo tres veces al día con una pesada bolsa de 70 kilos de granos de café a la espalda. Ahora se calza los pantalones en las botas para la segunda subida de hoy, unos cuarenta minutos de distancia. Luego será hora de almorzar.
A lo largo del camino hay personas que están trabajando con pesticidas. «Herbicida», dice Miguel cuando se le pregunta y una gota de sudor sale de debajo de su sombrero blanco. Se llama Destierro, un agroquímico con glufosinato de amonio como ingrediente principal y que está incluido en la lista de sustancias prohibidas de Rainforest Alliance. Miguel está incumpliendo una de las condiciones del programa de Calidad Sostenible AAA de Nespresso, el programa de Nestlé del que forma parte.
Los pesticidas señalados por la lista negra de Rainforest Alliance están estrictamente prohibidos en los cafetales que proveen al programa. Aun así, el agricultor no ve otra solución. «Sin estos productos toda la gente del pueblo tendría que cortar la maleza con un machete”, dice. “Y aún así no se acabaría». Sus compañeros caficultores Fernando y José están de acuerdo. «Tenemos que usar este herbicida, de lo contrario no llegamos a fin de mes».
El programa Nespresso AAA de Nestlé, que incluye a Miguel, Fernando y José, se lanzó en 2003 en asociación con Rainforest Alliance. En ese momento, Nespresso fue el primer gran productor de café que creaba su propia marca de calidad. Un año más tarde fue Starbucks con C.A.F.E. Practices y Jacobs Douwe Egberts (JDE) obtuvo la marca de calidad Common Grounds en 2018. Desde entonces fueron creados varios más, hasta el día de hoy en que hay diecinueve marcas de calidad propias de las empresas cafeteras.
Nespresso AAA dice que se enfoca en tres pilares: justicia social para los caficultores, protección del medio ambiente y mejora de la calidad. La compañía hace alarde de este «enfoque único» en su sitio web. Colombia es el mayor participante en el programa, lo que representa más de una cuarta parte del número total de agricultores.
Para evaluar el impacto de la primera gran «etiqueta corporativa», los periodistas de The Investigative Desk viajaron al eje cafetero colombiano, la región del centro-oeste del país conocida por su buen clima para el cultivo de este grano.
Términos y condiciones de Nespresso AAA
Nespresso, ¿qué más? El actor George Clooney ha sido el carismático símbolo de la marca de café premium durante años. Con boutiques elegantes, máquinas de café que parecen gadgets elegantes y cápsulas de café especial empaquetadas como joyas, Nespresso se enfoca en los consumidores a los que les gusta un poco de lujo. La marca generó alrededor de 6.800 millones de euros para Nestlé el año pasado, de una facturación total de casi 100.000 millones de euros.
Clooney rezuma clase y es conocido por su participación social. Junto con su esposa, la abogada y activista Amal Cloony, tiene su propia organización de derechos humanos: The Clooney Foundation for Justice. El encantador actor no sólo aparece en los comerciales de Nespresso, sino que también es miembro del consejo asesor de sostenibilidad de la marca. «Estamos comprometidos con la sostenibilidad, la equidad y con garantizar que las generaciones futuras puedan seguir disfrutando de un gran café», dijo Clooney en el sitio web de Nespresso. Según The Guardian, este trabajo le reporta más de cuarenta millones de dólares.
Además de un aspecto lujoso, Nespresso también se ha dado una imagen de ser sostenible. Nestlé no permite que los proveedores del café del programa AAA utilicen mano de obra infantil, deben cuidar el medio ambiente y deben proporcionar a sus empleados un entorno de trabajo seguro y saludable. A cambio de su participación, los agricultores reciben un bono de 50.000 pesos, unos diez euros, por 125 kilos de granos de café. Para muchos caficultores, es la razón principal para unirse a este programa. «La bonificación puede significar la diferencia entre el agua justo por encima o justo por debajo de los labios», dice Oscar Daniel Sánchez, quien fue agrónomo en Nespresso durante muchos años y ayudó a los agricultores a cumplir con las condiciones del programa.
Adaljiza Lozano Sánchez trabajó en una cooperativa de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) en la gran región cafetera del Tolima y durante años repartió bonos a los agricultores que están en el programa AAA de Nespresso. «El bono es una ‘limosna”, dice desde la sala de su casa. «Si nos fijamos en la cantidad de dinero por el que se vende el café en Europa, sólo se puede decir que es injusto».
Según los cálculos de Fairtrade, una marca de calidad que afirma ser sinónimo de un precio justo, producción sostenible y mejores condiciones laborales, el agricultor hace todo el trabajo pesado y sólo recibe el 1% del rendimiento total del café. El resto va a intermediarios, exportadores, tostadores y vendedores.
«Producir café requiere sangre, sudor y lágrimas, pero casi no obtenemos nada a cambio», dice el caficultor Fernando, vecino de Miguel. Se sienta en la cola de trabajadores bajo el techo que, mirando hacia las plantaciones, comen una sopa de papás llamada ajiaco. Fernando también tiene 70 años y sigue recogiendo café todos los días. Los jóvenes ya no quieren trabajar en la plantación, todos se mudan a la ciudad en busca de empleo. «Ya no quieren ensuciarse las manos», dice Miguel, mientras le entrega a Fernando un plato de sopa.
La recolección y las drogas
Las plantaciones de José, Fernando y Miguel son de pocas hectáreas, tal como el 95% de caficultores del país, y su grano es de especies arabigas. Lo que exige que sea sembrado en terrenos de ladera. A la hora de recogerlo, sólo es posible a mano lo cual requiere de mucha fuerza de trabajo. Esta es una de las características centrales de la producción colombiana y ayuda a garantizar su gran calidad. La recolección manual es más difícil y requiere más tiempo, a diferencia de lo que sucede en las plantaciones de Brasil, que por ser de especies robustas debe ser una siembra en extensas tierras planas y pueden ser recogidos con máquinas.
Pero incluso una plantación grande no es garantía de mejores ingresos. «Vendo mi café, hambriento», dice el caficultor Luis en la terraza de una cafetería en la cercana ciudad de Manizales. Luis tiene una plantación de 150 hectáreas en la región de Caldas. También es proveedor de Nespresso AAA.
Nestlé exige a todos los proveedores que proporcionen a sus empleados «condiciones de trabajo seguras y saludables y, cuando corresponda, viviendas seguras». Según Luis, la seguridad de los empleados es difícil de garantizar, ya que una gran proporción de ellos son drogadictos. En el momento de la cosecha, 150 personas trabajan en la plantación, 120 de las cuales son recolectores itinerantes. Estas personas, a menudo, se encuentran en una posición vulnerable. Muchos recolectores son adictos a la marihuana o a la cocaína, dice Luis. «La policía vino una vez a mi finca para arrestar a los consumidores de drogas».
“Esta no es la excepción”, dice Duberney Galvis, profesor de Política Agrícola y Desarrollo Rural de la Universidad de Santa Rosa de Cabal en Colombia. Bebe una taza de café de producción local en una cafetería sofocante en la ciudad de Santa Rosa de Cabal. «La gran mayoría de las plantaciones en Colombia utilizan recolectores itinerantes», dice. Estos empleados temporales casi nunca tienen contrato, por lo tanto, no tienen seguridad social. «La escasez de mano de obra lleva a los productores a estar desesperados en el momento de la cosecha y a contratar a todas las personas disponibles». A los recolectores se les paga en efectivo, en función de los kilos de café que han recogido, explica Galvis.
La plataforma periodística colombiana La Silla Vacía describe que el consumo masivo de drogas entre los recolectores de café resulta en actividades ilegales y conduce a escaramuzas violentas entre bandas armadas. Se estima que 38 personas fueron asesinadas en las plantaciones de café de la región de Antioquia entre enero de 2020 y febrero de 2021, informa La Silla Vacía.
Falta de control
¿Cómo es posible que participen en el programa caficultores que no cumplen con las condiciones del programa AAA de Nespresso? Nestlé, la empresa matriz de Nespresso, se niega a comentar sobre el contenido. Cuando los periodistas de The Investigative Desk se acercan al productor de café para una entrevista sobre las condiciones y controles del programa AAA de Nespresso y una explicación de cómo funciona el programa desde la perspectiva del gigante del café, Nestlé pide repetidamente detalles sobre las plantaciones que los periodistas han visitado.
Cuando los periodistas dicen que no quieren nombrar casos concretos para proteger sus fuentes —los agricultores están aterrorizados de ser expulsados del programa y perder su bono—, Rozemarijn Dolman-Plante, directora de marca de Nespresso, responde: «Desafortunadamente, han elegido no compartir evidencia de sus hallazgos. Sin pruebas, no podemos investigarlos de manera efectiva y, por lo tanto, no podemos tomar medidas específicas, en caso de que sea necesario». Nestlé no cumple con la solicitud de entrevista.
Dolman-Plante consulta el sitio web de Nespresso para obtener más información. En esa realidad sobre el papel, las reglas parecen estrictas: los agricultores que no cumplan con las condiciones básicas no podrán ingresar al programa. A continuación, se realizan controles anuales, tal y como se describe en la Herramienta de Evaluación de la Calidad Sostenible (TASQ), un método de seguimiento de las condiciones y la ejecución del programa. Si un agricultor no cumple con los criterios, «Nespresso se reserva el derecho de excluir al agricultor». Luis repone: «Hace cinco años que no veo a un inspector».
Según el informe de 2023, Nestlé se vale de «650 agrónomos y otros trabajadores de campo» en todo el mundo, que son responsables del control de 157.540 agricultores en dieciocho países. De acuerdo con la herramienta TASQ, que explica todos los criterios, los controladores sólo visitan un pequeño grupo de granjas cada año. Estas deben reflejar a toda la región. «Por ejemplo, anuncian a trescientos agricultores que vienen a revisar y al final no revisan ni el 10%», dice Adaljiza Sánchez. El número exacto de granjas que visitan los agrónomos no se menciona en la herramienta. Cada tres años, cada clúster es inspeccionado por el socio colaborador Enveritas. Esta organización estadounidense sin fines de lucro visita las plantaciones de café y cacao para verificar las prácticas sociales, económicas y ambientales.
Investigaciones anteriores a la de The Investigative Desk sobre la industria del café en Indonesia muestran que Enveritas utiliza herramientas tecnológicas como drones para verificar la situación en las plantaciones. La deforestación y la presencia de un edificio escolar se pueden demostrar fácilmente con esto, pero las imágenes no dicen nada sobre la calidad de la educación y si los niños asisten a clases, por citar un aspecto. Además, los resultados de estos controles a menudo no se hacen públicos.
Advertir
La Federación Nacional de Cafeteros (FNC) también lleva a cabo controles del programa Nespresso AAA. La organización fue fundada en 1927 para promover la producción, comercialización y exportación de café colombiano y mejorar las condiciones de los caficultores. Nestlé compra gran parte del café colombiano a través de esta organización. Adaljiza Lozano Sánchez trabajó durante años como auditora en la FNC y trabajó con base en una lista de chequeo. También lo hizo en las plantaciones que participan en el programa AAA de Nespresso.
Dice que una auditoría de este tipo no siempre produce un resultado confiable. «Los caficultores son informados con unas semanas de anticipación por la persona que viene a realizar la verificación». Esto da tiempo a los agricultores para poner sus asuntos en orden. «Los inspectores dicen a los agricultores: ‘Estén preparados. Esconda los envases de agroquímicos y asegúrese de que no haya niños en la plantación’. Miguel, José y Fernando confirman que rápidamente esconden los bidones amarillos cuando empieza a zumbar un control cercano. El exagrónomo de Nespresso AAA, Óscar Daniel Sánchez, reconoce que los chequeos son anunciados con anticipación. «Pero no te dicen exactamente cuándo van a pasar».
Según Adaljiza Sánchez, la verificación se hace de tal manera que todos los caficultores son aprobados. Si el procedimiento fuera muy estricto, “nadie cumpliría sería capaz de cumplir con los requisitos». La advertencia de ser expulsado en caso de no cumplir es un eslogan vacío poque las multinacionales como Nestlé dependen demasiado de los agricultores, dice. «La única razón por la que te pueden echar del programa es si lo dejas tú mismo». Nestlé no da detalles sobre cuántos agricultores han sido retirados del programa en los últimos años.
Deforestación
Como ya va quedando dicho, los controles no garantizan al consumidor europeo una taza de café responsable. Otra de las promesas de Nestlé también resulta menos atractiva en la práctica que en el papel: combatir la deforestación. «Se está engañando a los consumidores europeos, porque casi todo el café colombiano proviene de zonas que ya han sido deforestadas», dice el profesor Galvis mientras conduce su carro por la vía de regreso de Manizales a Santa Rosa de Cabal. Señala la ladera de la montaña a su derecha, que está cubierta hasta el último metro cuadrado por plantas de café. «Antes había todo tipo de árboles aquí», dice.
“Pero esta deforestación sucedió hace mucho tiempo, cuando no era un problema que preocupara a nadie en el mundo”, así lo explica Gilberto Bedoya, quien fue jefe seccional del Comité de Cafeteros de Caldas por alrededor de veinte años. En los años sesenta, el café colombiano estaba sembrado en tierras con árboles frutales y especies nativas que le daban sombra al cultivo. Pero entrada la década del setenta, la FNC ya había implementado la siembra masiva de especies de porte bajo que requerían exposición a pleno sol porque su genética obligaba una fotosíntesis más intensa. Los caficultores debieron cortar los árboles de sus terrenos y sembrar café hasta en los últimos rincones de la finca. El resultado fue el aumento de la producción: con los cultivos entreverados con árboles el país producía entre seis y siete millones de sacos. Con las nuevas especies y la tierra ya sin árboles, la producción aumentó un 40%. Lo que aumentó las exportaciones y representó un ingreso importante de dinero para la economía nacional. Por demás, “la deforestación y el tema ambiental no eran una preocupación en ese tiempo y no se habían vuelto un problema mundial”, añade Bedoya.
En cuanto a la promesa del programa AAA Nespresso de que ninguna deforestación precedió a su taza de café no es del todo exacta. Sí hubo deforestación, pero mucho antes del inicio del programa en 2014, en un época en que el mundo justificaba tumbar bosques para sembrar alimentos.
Legislación europea
El programa AAA de Nespresso refleja principalmente una realidad de papel. ¿Cambiará eso la nueva legislación europea? El Reglamento de la UE sobre la deforestación y la Directiva de diligencia debida, que entrarán en vigor en 2025, tienen por objeto garantizar que los productos importados a la UE no procedan de zonas deforestadas y cumplan estrictas normas en materia de derechos humanos y medio ambiente.
En cualquier caso, las nuevas normas de la UE aportarán pocas mejoras para los agricultores colombianos, espera el agrónomo Sánchez. «El caficultor es el que tiene que pagar todo tipo de sobrecostos y administración, y lo único que sabe es cultivar», dice. ¿Qué sería lo que realmente les ayudaría? «Un camino trillado [menos arduo] marcaría una gran diferencia para nosotros», dice el agricultor Miguel, mientras vuelve a ponerse su sombrero blanco. La hora del almuerzo ha terminado, es hora de la tercera subida dura del día.
Esta publicación fue posible gracias a la cooperación de Carlos Piedrahita del medio colombiano Baudó Agencia Publica, con el apoyo del Fondo para Proyectos Periodísticos Especiales y Journalismfund Europe.
El Investigative Desk es un grupo de periodistas de investigación especializados. Financian su trabajo con donaciones, subvenciones, becas y cuotas. Los donantes no tienen ningún papel ni control sustantivo sobre la investigación y las publicaciones. Más información sobre www.investigativedesk.com.
Respuesta de Nestlé:
«Nespresso está comprometida con la protección de los derechos humanos en su cadena de suministro y está firmemente comprometida con el cumplimiento de los estándares de sostenibilidad que los consumidores tienen derecho a esperar de nosotros. Contamos con rigurosos procesos de auditoría, que incluyen monitoreo independiente y visitas sin previo aviso al sitio, para garantizar que se cumplan los altos estándares de nuestro programa AAA. Por lo tanto, nos tomamos muy en serio cualquier hallazgo de incumplimiento y lo investigamos a fondo cuando tenemos la información detallada necesaria a nuestra disposición, y tomamos medidas inmediatas, específicas y apropiadas cuando sea necesario. Continuamos enfocándonos en trabajar con los caficultores con un enfoque en mejores ingresos, protegiendo el medio ambiente y apoyando a las comunidades que dependen de nosotros».