Hace un mes saltó por los aires la noticia de que once campesinos del municipio de Jericó, en el suroeste antioqueño, fueron requeridos por un juez luego de haber sido querellados ante la Inspección de Policía por haber participado en las protestas de la comunidad contra el proyecto de minería a gran escala conocido como Quebradona. En la audiencia de imputación de cargos, el pasado 13 de mayo, la Fiscalía les endilgó tres delitos de gravedad: secuestro simple, hurto calificado y lesiones personales. Además, le pidió al juez medida de aseguramiento para los once imputados, es decir que los metieran a la cárcel de manera preventiva.
El conflicto entre la comunidad y la compañía minera suma unos quince años, y es el ya típico desencuentro entre la idea de desarrollo promovida desde los gobiernos nacionales que ha tenido el país desde inicios de este siglo y la idea de lo que es la vida campesina dedicada a trabajar la tierra. Mientras los gobiernos ven en la minería una opción de riqueza, las comunidades agrarias la entienden como una amenaza a su estabilidad. En la mitad, aprovechando el afán de dinero del Estado, flota una multinacional acostumbrada a romper los suelos de los países con mayor debilidad institucional para extraer a conveniencia sus minerales valiosos.
Hay que decir que el juez no concedió la medida de aseguramiento y los once campesinos imputados se encuentran en sus casas esperando cumplir con la siguiente audiencia que será este lunes 16 de junio. Mientras tanto, el fotógrafo Luis Bernardo Cano visitó algunas de las veredas que serían impactadas por el proyecto minero y conversó con tres de los campesinos que no dudan en decir que seguirán defendiendo su territorio cueste lo que les cueste.

Porfirio José Garcés Garcés: el proyecto de la mina es una amenaza gigante. Amo a Jericó, pero más a mi vereda Palocabildo. He pertenecido siempre a las juntas veredales. Soy representante del acueducto Aguas del Roble, y también me preocupan los acueductos de Vallecitos, La Soledad y Quebradona. Hay que defender estas aguas porque sin agua nos moriremos de sed. Pretendemos que el Gobierno nos contribuya en ese aspecto: que no se haga minería en nuestra región. Aquí se produce agua que es vida, producimos comida que es vida. Por eso nuestra lucha no es en balde y tenemos que continuar. Querer hacer un distrito minero es un error. Debe ser lo contrario: querer hacer un distrito agrario o agropecuario. Si la mina llega a ser realidad, se perdería todo porque lo que no se pierde se contamina. Perderíamos todo el verde de estas montañas, ¿qué sería de la vida acá sin todos estos verdes? Despertar aquí es escuchar el canto de un sinsonte, de un turpial. Y no queremos despertar con el rugido de las máquinas acabando con nuestra tierra.

Juan Carlos Salinas Robledo: Aquí en la vereda La Soledad estamos cuidando la vida y no solo de nosotros, sino de todo el pueblo y de todo el suroeste. Si no cuidamos el agua, no hay vida. Con el agua usted tiene todo. Sin agua no tiene nada. Una vez haciendo una veeduría en ese proyecto, le pregunté a una empleada de la minera qué pasaría con la vereda si se hiciera la mina. Me dijo: “Les toca desalojar y vender”. Y yo me pregunto: ¿para dónde nos vamos a ir?

Rodolfo Aicardo Tobón: esta vereda de La Soledad es de mucha agua, una estrella hídrica del suroeste. Una mina acá afectaría por completo la vereda. Acá tuvimos la experiencia de que en una vereda vecina llamada La Cabaña hicieron una hidroeléctrica. Para construirla cavaron varios túneles y acabaron esa vereda por completo. Y pensar que esos túneles de allá eran sencillos. En cambio, si esta mina se hace realidad van a hacer unos túneles por los que van a excavar el interior de la tierra para sacar minerales. Entonces, yo digo que habría más afectación que lo que pasó en La Cabaña porque uno no sabe esos túneles de acá hasta dónde irían por debajo del suelo. Ahora bien: acá nunca ha existido la minería. Acá hemos sido agricultores. Ni siquiera ha habido mineros ancestrales. Yo soy muy opositor a la minería, pero debo ser realista: la minería se necesita, pero entonces que la hagan en los lugares donde la gente está enseñada a ser minera.
