Una guerra después, la suya contra sus propios miedos, la reportera Catalina Gómez Ángel repasa buena parte de las decisiones que la llevaron a convertirse en una de las más importantes corresponsales de guerras por el mundo. En su historia se conjugan la ambición y la virtud de la destreza en el contexto más adverso, así como el dolor de la pérdida y la necesidad del perdón. En su historia, el periodismo colombiano puede reconocer que siempre existe una manera de resolver bien el oficio.