No me es posible concebir una manifestación en pleno silencio. Sin arengas, música o discursos. Querer documentar un escenario tan sonoro desde la fotografía —un arte que se comporta en silencio— me llevó a hacer instantáneas tipo Polaroid en diferentes ‘puntos de resistencia’ en Cali, para que los manifestantes escribieran sus consignas sobre los márgenes de la foto.

Uno de los puntos que visité para realizar el proyecto fue la glorieta de Siloé, que da acceso a este barrio popular de ladera al suroccidente de la ciudad, y que además es uno de los escenarios que más muertos ha registrado durante el paro. Por ejemplo, durante la noche del 3 de mayo, luego de una arremetida con fusiles por parte de la Policía y el Ejército perdieron la vida Kevin Agudelo, José Ambuila y Harold Rodríguez. La madre de Rodríguez clama justicia en la última instantánea. 

Otro de las locaciones a las que me dirigí fue Puerto Resistencia —o PR, su sigla—, en el oriente de la ciudad. Fue allí donde se inauguró el Monumento a la Resistencia, un puño de más nueve metros de altura que maestros de obra y artistas de la comunidad construyeron durante diez días. 

Pero el escenario que más presencia tiene en la serie fotográfica es La Loma de la Cruz, renombrada durante las protestas como La Loma de la Dignidad, ubicada sobre la Calle 5 entre carreras 16 y 17, en el centro de Cali. Durante todo el paro fue lugar de eventos musicales, artísticos y de danza. Tal fue la importancia de estos encuentros que en las primeras tres semanas de paro siempre había una programación diaria de lo que se conocía como “paro cultural”.

Tengo esperanzas de que esta secuencia fotográfica amplíe esas voces que además le cantan a la vida en medio de una ciudad que ha registrado 20 de los 34 homicidios vinculados a la protesta social, según Human Rights Watch.