Dibujar para resistir

Dibujar para resistir

Texto

Mario Cárdenas

Ilustración

Diferentes historiestistas

Noviembre 1 de 2021

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Dibujar para resistir

Historietas que surgieron del paro nacional

La historieta como crónica gráfica de los hechos que corren. El siguiente artículo reseña algunas de las más destacadas historietas que circularon por redes sociales durante los días del paro nacional. Se trata de una exploración conceptual sobre lo que los historietistas están dispuestos a llevar al papel como reflejo de sus convicciones políticas.

En tinta negra sobre blanco hay un hombre parado gritando que amplifica con las manos lo que dice: “¿Qué es esto? ¿Una dictadura?”. El hombre está solo, no hay nadie más con él. Sigue protestando de un lado a otro hasta que aparece una camioneta blanca. Cuando advierte de su presencia, el hombre sale corriendo, pero sin dejar de protestar. De la camioneta se bajan unos sujetos armados que empiezan a dispararle con un fusil. El hombre corre y corre, continúa como puede hasta que es atrapado, lo golpean y se cae, pero él, que ya es un cuerpo desmembrado no para de gritar y de hacer sus reclamos que se siguen espaciando en las páginas blancas trazadas por la tinta china que refuerza el clima oscuro de la narración. La historiera termina con las partes del cuerpo del hombre arrojadas a una fosa.

Esta es una descripción de una historieta del dibujante colombiano Joni B, y que fue compartida por redes sociales en las primeras semanas del Paro Nacional a modo de resumen gráfico de lo que estuvo pasado desde que iniciaron las protestas en Colombia. A pesar de que podría ser considerada como una crónica dibujada de los hechos que vimos entre mayo y julio de 2021, la historieta fue hecha en 2013 y apareció en publicaciones como el proyecto Frente al otro: dibujos del posconflicto o la Revista Taco de Ojo. El gesto articulado de la narración gráfica, que no admite muchas explicaciones, se puede leer como una anticipación de lo que le están haciendo a los cuerpos que protestan en Colombia, pero también como representación de la violencia estatal, que una y otra vez se ejerce en contra de los ciudadanos que alzan su voz. 

Will Eisner, historietista estadounidense autor de Contrato con dios, se consideraba como “un testigo gráfico que informaba sobre la vida y la muerte”. Parte de las historias que dibujó describen su afirmación. Eisner recreó las vidas de los inmigrantes en la Nueva York de la primera mitad del siglo XX en tiempos de precariedad y crisis económica. La premisa de Eisner se puede comparar perfectamente con historietas como esta de Joni b, que están hechas con insumos de lo que pasa, que informan a la vez que narran con las imágenes. Informar y narrar, así lo hizo el pereirano Ulianov Chalarca en sus representaciones realizadas entre 1972 y 1974, que le daban cuerpo gráfico al trabajo del grupo de investigación liderado por Orlando Fals Borda, o lo hecho por Joe Sacco con Palestina, Gorazde o su más reciente libro Un tributo a la tierra.

Son diversas las narraciones gráficas que se dibujaron durante los días más duros del Paro Nacional, y que se sumó a todo ese cuerpo narrativo que se manifestó en contra de los relatos oficiales gracias al pensamiento colectivo y una imaginación social que floreció: letras pintadas a gran escala en muros y calles, carteles, videos, nuevas letras de canciones que sirvieron como coros populares, ilustraciones y otra constelación de representaciones en las que se imaginó en contra del poder, que no solo usó todo el aparato de su violencia estructural sino que administró el registro hegemónico de lo que pasó.

En el caso de los dibujantes de historietas son muchos los ejemplos que se pueden citar, a pesar de que los modos de circulación son efímeros y la voluntad de creación vino de la cooperación y la solidaridad instantánea en redes sociales. El testimonio, que circuló fuera del foco del público general, es una amplia pieza gráfica y narrativa que puso el foco en lo que a veces no se cuenta.

A continuación señalo una breve selección.  

Manifiesto de la Primera Línea

Con la intención de llevar más lejos uno de los mensajes políticos de la protesta, la historietista española Andrea Ganuza, quien vivió varios años en Colombia, dibujó un mensaje gráfico sobre las razones políticas de la Primera Línea. Ganuza, destacada por un estilo directo y la recreación de imágenes poéticas, con una clara intersección entre la mirada y el énfasis en los objetos y la naturaleza, dibujó su ampliación del Manifiesto de la Primera Línea publicado por el colectivo Kaos En La Red. En su versión, que retoma la historieta que hizo en 2019 Zay Cardona, Ganuza sintetiza el manifiesto con imágenes, acciones y algunas líneas de palabras que resumen lo expuesto en el texto original: “Somos la primera línea”, “No tenemos banderas, ni líderes, ni voceros”, “No tenemos rostro”, “respondemos al ataque indiscriminado a las manifestaciones pacíficas”.

¡Conmoción!

¡Conmoción! fue dibujada por el colectivo Testigos del cómic, que es un laboratorio de creación, investigación y difusión en torno a la narrativa gráfica originario de la ciudad de Ibagué. Al inicio de la historieta hay un prólogo dibujado con muchos detalles, incluido un epígrafe de Beatriz González, “El dibujo es la conciencia de los artistas”, que acompaña las declaraciones ante cámaras de una mujer. La secuencia que sigue está copada por colores planos y formas publicitarias del partido del Centro Democrático y su líder. Es una figura sin rostro que habla y emprende un monólogo con los primeros hechos desde que inició el paro: el florero del entonces ministro de hacienda, Alberto Carrasquilla, las manifestaciones, los trinos, la represión del Estado. La figura no se mueve y sigue con órdenes mezcladas a su narración. Luego, su forma es reemplazada por la de un agente del Esmad que dispara. Unas viñetas adelante, en medio de ese tono gélido y aséptico, irrumpe la figura del ratón tira piedra de Krazy Kat que dibujó George Herriman para enfrentar las fuerzas estatales. La figura del líder no se disuelve, sigue contando lo que ha hecho para mantenerse en el poder; la justificación de los asesinatos, el uso de las armas por parte de civiles. La figura lo cuenta todo. Y al final, aparece montada en una estatua celebrando el triunfo contra la disparatada “Revolución molecular disipada”. 

Esa no es la forma

Esta serie fue titulada como un alegato a esa frase distintiva que la gente de bien usa para sugerir modales. La serie, dibujada de manera progresiva, por Yaneth Pineda (Yapi) fue publicada en sus redes sociales como respuesta a los hechos que se presentaron en las primeras semanas de paro. En las ilustraciones se puede leer el tránsito de una niña con el mensaje S.O.S en la mano, mientras va pasando por distintos parajes en los que el horror convive con ciertas formas que lo hacen más dulce, y acaso digerible. En la primera ilustración #Sonríe, la niña alegre está hundida en una plantación de risueños girasoles que ni siquiera se perturban por los huesos que hay bajo sus tallos. En la segunda, #Sueña, publicada unos días después, la niña duerme, aplacible, con un oso de peluche y en el aire las luciérnagas flotan, mientras que a unos metros hay cuerpos tapados con el mismo tipo de manta que usa la niña para descansar. En otra de las ilustraciones #Produce, la niña que intenta jugar y ser amistosa, pero está atrapada entre camionetas blancas, que le cercan el paso. En conjunto, estas y otras ilustraciones de Yapi son una colección de postales que contraponen la forma y el contenido visible, es decir, la forma del horror que no distingue matices y tonos.

Tránsito hacia el Portal de la Resistencia

A un mes de las protestas, el 28 de mayo, Carolina Pineda Cadavid dibujó el recorrido que hizo caminando hasta llegar al Portal de la Resistencia en Bogotá. Carolina se dibuja con sus acuarelas, en medio de las protestas, tomando fotografías que inserta en su narración gráfica, describiendo lugares que aparecen con las huellas de lo que han sido las manifestaciones, los movimientos de ciudadanos festivos, la solidaridad en los marchantes y el cuidado de la Guardia Indígena. En su desplazamiento, al paso de un puente, ella recuerda días del colegio y los días de paro, a finales de los noventa, cuando el Esmad estaba recién creado. El relato no solo va sobre los hechos del presente sino que alimenta su narración con otros pliegues, en algunos casos son memoria, en otros una manera de expandir el foco de lo inmediato. Con un tono más reflexivo que narrativo, en Carolina Pinera Cadavid dibujar es resistir, porque ella se pregunta a medida que observa, haciendo que su trabajo sea una forma de ensayo gráfico con muchos materiales cruzados. Al final de su historieta, unas gotas gruesas de lluvia caen, y ella, la dibujante, se descubre como parte integral de la protesta, de la gente inconforme.   

El monstruo

Julio César Rodríguez es un dibujante caleño que ha vivido en el corazón de las protestas. Conocido por su serie El Cerra’o, una narración con magia popular, pesadillas y referencias a Mike Mignola, Rodríguez vinculó su universo gráfico a lo que ha estado pasando. En 2020, creó una página en alusión a los CAI de la Policiá que ardieron en Bogotá tras el asesinato de Javier Ordoñez. Y en este 2021 dibujó a Ismael, el brujo solitario, cargando un cartel con la consigna: “¡No! A la reforma tributaria” y gritando duro “¡Cali Resiste!”. Días después, en una retícula de 3×3 viñetas, el dibujante le dio imagen al monstruo, una sombra espesa y maloliente con zombis militares. Esta sombra, que solo ataca de noche, se come a los desamparados y mastica su carne, que es la carne de los hijos que el Estado asesina, logrando un sintética representación gráfica del horror y la violencia que vivieron los caleños en las semanas de protesta.

Dibujar la solidaridad

Reconocido por su activismo político y su compromiso social, Miguel Vallejo (Gusanillo) es un dibujante de un mundo con mucha vitalidad que se ha instalado en los bordes de la capital de la República. Uno de sus historietas recientes se llama Basuras, fue publicada con Cohete Cómics y es una suerte de manifiesto gráfico por los habitantes de la calle. Sobre el paro nacional dibujó varias historietas que fue soltando en sus redes sociales, como una manera de unirse a la protesta. En una de ellas, un grupo de personajes discuten sobre el paro, lanzan especulaciones y trituran la información que reciben; lo que hace de la historieta una recreación de las discusiones internas que dividen a las familias sobre los temas políticos y sociales. En otra, la discusión de unos jóvenes acerca de unirse o no al paro hila el primer punto de una narración en viñetas. El ambiente festivo de las protestas es dibujado, pero también las consecuencias que sufren los cuerpos violentados por los agentes del Estado. Las secuencias de Vallejo son inagotables, él dibuja al ritmo de los hechos, sin caer en la fácil recreación, así pasa cuando dibuja a los jóvenes de la Primera Línea mientras se alimentan y toman energía en una olla comunitaria. En esta historieta, como en las otras, en pocas viñetas, los jóvenes son representados en un momento de solidaridad: comiendo, como hace mucho no lo hacían, solo posible porque hacen parte de la Primera Línea. Entre tanto mensaje gráfico, Vallejo se las ingenia para explicar fragmentos de la Constitución, dar explicaciones informativas y dotar de contexto parte de lo que está pasando.

Ciudadanos de bien

Diego Zhaken conoce muy bien el espacio que usa para narrar sus historietas, los cuadrados de Instagram se ajustan a sus viñetas, y con pocos recursos, cuenta y deja sus mensajes en sus Shortcomix. Su contribución fue Ciudadanos de bien, una historieta de cuatro viñetas en las que el color blanco asociado a lo bueno, a la manera de hacer las cosas bien, se toma el lugar. Su impacto es aséptico por la aparente pureza de las imágenes que aparecen dibujadas y colocadas como objetos a la venta. Sin embargo, los símbolos, que parecen inmóviles, se manchan por el rojo que chispea la camiseta blanca de la primera viñeta, un sombrero aguadeño que posa encima de una pistola, una camioneta que escurre rojo sangre de su frente, y una mano blanca que intenta tapar con un rodillo que escurre pintura blanca las manchas rojas. El gesto revela lo que ha sido evidente, no solo los agentes del Estado son los que están manchados de sangre, es la gente de bien, los ciudadanos de bien, los que tienen licencia para matar.

Las bestias

Las bestias es una historieta de Douglas de la Hoz. El dibujante relató usando pocas líneas de texto e imágenes en secuencia, página a página, un manifiesto en contra de las bestias. Su representación alude directamente a lo que hace el Esmad contra su pueblo. La narración empieza con la frase: “Los que alguna vez juraron ser el escudo del pueblo fueron seducidos por el poder y el recelo”. Cuerpos con corazas negras y escudos arrastran a un joven, hieren a otro y golpean a otro más. Cada imagen violenta se yuxtapone a la voz que se narra y que cuestiona las acciones de las bestias. Lo que se dice tiene un tono poético a pesar de la brutalidad. “Olvidaron que ninguna armadura es inmune al paso del tiempo”. Su narración no es una sentencia, es una manera de recordar que todo lo que se ha hecho durante estos meses será recordado. Esta historieta de Douglaz de la Hoz fue impresa por Taller Colmillo, y lo recaudado por las ventas se usó para donar mercados a familias de bajos recursos.

Bonus:

Cypher, la revista de historietas Front Line, en su décima edición presentó algunas perspectivas de los movimientos sociales de los últimos meses en Myanmar, Palestina y Colombia. El artista colombiano Lucas Ospina organizó varios de los discursos, acciones, palabras, comentarios y hechos de los últimos meses con dibujos a colores formados con pinceles. En cada uno aparece la voz y la imagen de protagonistas del paro: Francia Márquez, la Minga Indígena, el periodista Jorge Alberto Tejada, el estudiante y músico Álvaro Herrera quien fue detenido arbitrariamente por la policía en Cali, indígenas del pueblo Mizak, mamás Primera Línea, entre otros. Con un montaje simple, la identidad de los protagonistas es una voz gráfica que se vuelve testimonio directo de lo que ya empieza a ser memoria. La publicacón ha circulado a nivel mundial.

Han sido muchos más los dibujantes que proyectaron historietas e ilustraciones y otros materiales durante el paro nacional: Julián David Naranjo, Ana López, Catalina Vásquez (Katiuska), Pablo Pérez (Altais), Ana María Guarín, Camilo Castaño, Libardo Restrepo (Liba), Luis Tobon (Luto), Soy Pirata, Antonia Nore, Elizabeth Builes, Angélica Penagos (Angie Pik), Byron Alaff, y Casetera, son algunos de ellos. Esta participación desde las trincheras les ha generado cuestionamientos y reclamos por parte de sus seguidores, y hasta la reducción de sus lectores, pero su posición política y compromiso con el paro nacional fue una muestra de que dibujar y resistir van de la mano.

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