Un basurero operado por la multinacional francesa Veolia contamina el agua de la que dependen miles de pobladores en Barrancabermeja (Santander). Metales pesados y lixiviados tóxicos acabaron vertidos a los caños que alimentan la ciénaga de San Silvestre, el cuerpo de agua del que obtienen su sustento centenares de pescadores y familias campesinas.