Texto: Camilo Alzate
Ilustración: Daniela Hernández
Nelson Fernández vuelve a esos sucesos que hoy percibe borrosos, cuando era un joven militante de la corriente holguinista del Partido Conservador en Trujillo, un pueblo —el suyo— recostado a las montañas que encierran el Valle del Cauca por el occidente. Eran los años setenta y aún no tenía esas arrugas finas que le cruzan las sienes y la frente sobre los ojos claros, casi trasparentes, y aún no lucía el cabello gris. “Yo fui concejal a título honorario, en esa época no pagaban” dice, encajando los detalles de una noche en la que no llegó a su casa después de las sesiones del Concejo Municipal, según era su costumbre