Texto: Carolina Gómez
Ilustración: Opert_ser
En 1996 a Luisa le decían la ‘Diabla’. Tenía 13 años y vivía en un barrio de clase media-baja en Pereira. Todo porque una noche, aprovechando que sus papás no estaban, salió a dar una vuelta con Juan Diego, uno de sus mejores amigos, para pasar por la casa del chico que le gustaba: Hader, un bachiller de la policía que tenía 19 años.