El 2 de junio de 2025 el ingeniero forestal Rubén Torres tuvo un encuentro sorpresivo mientras caminaba por los bosques que rodean la vereda San Mauricio, del municipio de Yalí (Antioquia), donde queda la pequeña finca de su familia. Torres, apasionado por la fauna y la conservación, esperaba para fotografiar un pájaro del que había detectado su nido días antes cuando notó un ruido que lo desconcertó: “Me senté a esperar el pájaro cuando escuché una vocalización rara que nunca había escuchado. Vi el movimiento en los árboles y luego un mico que se estaba balanceando junto a tres monos aulladores”.
El balanceo resultó ser una maniobra típica de los choibos o monos araña y Torres logró fotografiarlo. El animal, cuyo nombre científico es Ateles hybridus, se encuentra en peligro crítico de extinción según la clasificación que hace la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Es la primera vez que hay registro de esta especie en el municipio de Yalí, donde Torres tiene su finca, aunque ya ha habido registros en otros municipios del nordeste antioqueño como en Segovia.

Este registro ocurrió a menos de 400 metros del cruce de la recién estrenada Autopista del Río Magdalena, una megaobra de infraestructura de 153 kilómetros que duró más de una década en planeación y construcción, cuyo propósito es reemplazar las viejas carreteras que comunican a Medellín con el río Magdalena y el Bajo Cauca. La concesión de la vía empieza en Yolombó y atraviesa toda la región del Nus hasta llegar a Puerto Berrío, donde fue construido un moderno viaducto cruzando el río Magdalena.
La vía de cuarta generación fue adjudicada al consorcio Aleatica, un operador de infraestructura financiado por fondos de inversión australianos. Durante el gobierno de Juan Manuel Santos el consorcio subcontrató la construcción de la obra con la multinacional española OHL, que incumplió los términos y tuvo múltiples irregularidades en el manejo de 150 mil millones de pesos que había recibido en anticipos, por ello afrontó la cancelación del contrato en 2019. La construcción comenzó en 2016 y aún no ha terminado.
Tres de los cuatro tramos de la Autopista están en funcionamiento desde el pasado 10 de febrero. La vía cuenta con una ramificación hacia el norte desde el Alto de Dolores en el municipio de Maceo, que llega al municipio de Remedios, lo que permite conectar la capital Antioqueña con la región del Bajo Cauca en menos de tres horas, acortando tiempos y distancias para viajar a la costa atlántica. Como habíamos revelado en Baudó Agencia Pública, el trazado de la Unidad Funcional 2 de la vía entre el Alto de Dolores y Vegachí cortó varios parches de bosques nativos en inmediaciones del municipio de Yalí, específicamente en la vereda San Mauricio, donde campesinos y comunidades locales se han dedicado a conservar un bosque de 200 hectáreas que sirve como invaluable reservorio para la biodiversidad local. Entre ellos hay familias con más de cien años en la región y también la familia del ingeniero forestal Rubén Torres, quien ha abanderado con sus propios recursos la conservación y el monitoreo de las especies que allí habitan y transitan.




La carretera cruza por la mitad del bosque a la altura del tramo comprendido entre los kilómetros 19 y 25 de la Unidad Funcional 2. Las fotografías evidencian la fragmentación y la comunidad ha exigido explicaciones sobre el trazado de la vía, que podría haberse hecho por zonas descubiertas de potreros, donde su impacto habría sido menor.
Este parche de vegetación sirve de hábitat y reservorio para numerosas especies de fauna que después de construida la carretera quedaron expuestas a morir por atropellamientos. Entre ellas, los monos nocturnos (Aotus sp), monos aulladores (Alouatta seniculus), titís grises (Saguinus leucopus) y los monos arañas de color café (Ateles hybridus). A pesar de que la concesión tiene videos de titís grises usando los pasos adecuados por la obra, la comunidad ha registrado títis destripados en la vía.
Además, en la zona vive una población estable y bien definida de ocelotes (Leopardus pardalis), también han sido detectados pumas (Puma concolor), osos hormigueros (Tamandua mexicana) y guaguas. En total los habitantes han monitoreado con cámaras trampa y avistamientos 23 especies diferentes de mamíferos, 32 especies de anfibios y reptiles —especialmente vulnerables a los atropellamientos—, y 200 especies de aves.


A lo largo del 2024, antes de que la vía entrara en funcionamiento, cuando aún se realizaban labores de construcción y adecuación de la carretera, la comunidad de la vereda San Mauricio elevó múltiples derechos de petición a la concesionaria de la Autopista del Río Magdalena, a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) y al Ministerio de Ambiente, buscando claridades sobre las medidas de protección que se implementarían para la fauna nativa expuesta a los atropellamientos una vez la carretera entrara en operaciones.
La respuesta de la ANLA a los derechos de petición fue evasiva, en varias oportunidades no aportaron información concreta, como los estudios específicos que soportaron la licencia ambiental. No obstante, la autoridad ambiental contestó en un oficio del 26 de febrero de 2025 que la empresa encargada de la obra “definió la importancia de implementar medidas específicas para la conservación de la fauna, que incluyen estrategias para el ahuyentamiento, captura y reubicación de especies, así como la instalación de vallas informativas y la evaluación de la localización de fauna, incluidas en el Plan de Manejo Ambiental”.
Según la ANLA estas medidas permiten “minimizar, controlar, prevenir o compensar los impactos derivados de la construcción de la vía. Entre las medidas propuestas, se incluyen los pasos de fauna, los cuales buscan mantener zonas de conectividad para las especies en la región”. La concesionaria habría cumplido “con la presentación de la documentación requerida según la normativa vigente para cada uno de los procesos”.
Baudó Agencia Pública contactó a la concesionaria de la vía para conocer su postura. La respuesta fue similar a la que ya habían brindado a la comunidad tras varias solicitudes de información, defendiendo que todo el proceso de estructuración y planificación de la obra se hizo cumpliendo con los requisitos exigidos por la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), basados en los estudios de impacto ambiental de la vía.
Además, la concesionaria puntualizó que la responsabilidad por el atropellamiento de la fauna no recae sobre ellos, sino sobre los usuarios de la carretera y que habían proyectado 12 pasos de fauna en las Unidades Funcionales 1 y 2 del proyecto y cinco pasos adicionales en la Unidad Funcional 4, es decir, 17 pasos de fauna de los cuáles 9 son terrestres y 7 arborícolas.

“La fauna silvestre asociada a nuestro corredor vial es un actor vial de gran relevancia en el marco de la operación de la vía, es por esto que alineados a nuestro pilar de sostenibilidad social y ambiental y a su vez a nuestra estrategia de sostenibilidad, elaboramos nuestro plan de prevención de atropellamiento de fauna”, puntualizó la concesionaria encargada de la Autopista, asegurando que buscan “minimizar los impactos que se pudiesen generar sobre la fauna asociada a nuestro corredor vial”. Para ello proyectaron diez pasos de fauna adicionales que no estaban dentro de los requisitos de la ANLA, así como reductores de velocidad y señalizaciones.
Pero pobladores y activistas como el ingeniero Rubén Torres se preguntan si 27 pasos de fauna son suficientes para salvaguardar la fauna a lo largo de los 153 kilómetros que tiene la autopista, además, si esos pasos de fauna quedaron instalados en los puntos críticos y más vulnerables para los animales, lo que garantizaría su eficiencia. Los primeros datos con que cuentan los habitantes de la vereda San Mauricio indican que no. Durante los primeros días de operaciones de la vía obtuvieron registros con evidencias y coordenadas precisas de una quincena de atropellamientos, entre ellos varias aves, un ocelote, osos hormigueros y monos titís que intentaron cruzar la carretera. La cifra podría ser mayor, pues hay animales atropellados que no quedaron sobre la vía y otros que posiblemente no fueron reportados.



En un derecho de petición enviado a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales pobladores de la vereda San Mauricio indicaron que sobre el kilómetro 22 de la vía, a la altura del bosque fragmentado, tuvieron “dos reportes de individuos de ocelote transitando la zona durante el mes de enero de 2025”. Aseguran que allí hay una obra hidráulica de la vía, pero “ningún tipo de adecuación que la haga un paso de fauna”.
“Es de gran preocupación para nosotros saber que esta especie transita cerca de la obra vial que ya se encuentra en funcionamiento y que los mamíferos terrestres no poseen estructuras adecuadas para su tránsito y conectividad ecológica”, insistieron en su derecho de petición, por ello pidieron “verificar las acciones y/o actividades que puedan ser adoptadas para mitigar el atropellamiento de fauna silvestre de ser requerido y considerarlo en el concepto técnico de seguimiento”.
Aunque la concesionaria defiende las medidas implementadas, en concreto los pasos de fauna basados en un estudio científico de Costa Rica, donde habitan algunas especies de primates similares a las de la región como los monos aulladores, hay escepticismo entre los pobladores porque varios de estos pasos de fauna no quedaron instalados en las zonas con mayor cobertura boscosa y otros podrían ser insuficientes.

Luis Pérez, un biólogo antioqueño experto en fauna y conectividad ecológica que ha hecho consultorías ambientales para proyectos como este explicó a Baudó AP que el principal problema de algunas megaobras de infraestructura son las “falencias en el licenciamiento” atribuibles al marco de la legislación ambiental del momento. De acuerdo con Pérez, buena parte de los proyectos no tienen términos de referencia particulares, sino que se basan en generalidades que pueden desconocer la realidad concreta del terreno, esto ocurrió en el caso de la Autopista del Río Magdalena: “no existieron modelaciones de las rutas de menor costo para que la fauna se movilice de un bosque a otro, no existió un análisis de conectividad específico de las especies”.

La misma concesionaria reconoció en un oficio enviado a la comunidad el 20 de marzo de 2025 que los estudios específicos fueron laxos y poco específicos, pero el origen de este problema radica en las exigencias de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales.
Por ejemplo, sobre el monitoreo de primates en la zona para saber qué especies habitan el área impactada por la vía la concesionaria puntualizó que “no se cuenta con dicha información, por cuanto la especificidad que el peticionario relaciona no fue requerida de manera taxativa como parte de las medidas de manejo establecidas por parte de la Autoridad Ambiental en el marco del proceso de construcción”.
Una respuesta parecida ofreció sobre el posible manejo de poblaciones de fauna que quedaran aisladas en parches de bosque cortados por la carretera: “no existe dentro del plan de manejo establecido por parte de la autoridad ambiental asociado al proceso de construcción, un componente especifico que realice el seguimiento a la presunta afectación”. Mientras tanto, la comunidad reclama un análisis más específico del impacto de la vía, así como medidas urgentes que incluyen la instalación de nuevos y mejores pasos de fauna.
El ingeniero forestal Rubén Torres zanja el asunto de esta manera: “Las infraestructuras lineales como autopistas, líneas de transmisión o de gas hacen que haya especies muy vulnerables, porque evitan los claros de 30 o más metros. Es un tema de ecología de las especies, las que pueden habitar áreas abiertas como los pastizales, los potreros enmalezados o los bosques muy abiertos, son las que tienden a atravesar la vía. En un bosque las especies son más sensibles al efecto de borde, eso las hace más exigentes a la hora de tener cobertura vegetal, hay algunas que cuando se encuentran espacios abiertos entre dos parches de bosque prefieren no cruzar, ahora imaginemos una carretera de este calibre: las especies se quedan encerradas”.
