El arte como el mundo en que chocan y renacen las ideas. Hace rato que los artistas de este país proponen un escenario alternativo para discutir el destino de
la sociedad y no asesinarnos mientras tanto. Lo trágico es que, como ciudadanos,
no nos tomamos en serio esta propuesta y las estadísticas forenses no amainan. El
siguiente reportaje habla de una obra que se ubica en ese intermedio: con suficiente osadía para romper la cotidianeidad de la calle y luego gritar “¡Ya no más!”.