Me muero y ellos no lo van a saber
2019-04-15 19:00:48
Texto: Juan Miguel Álvarez
Foto: Víctor Galeano
Terminamos de almorzar. Empezamos a hablar de cazar animales de monte. Doña Martha nos dijo que vivían bien adentro, a cinco horas a pie por caminos de herradura del pueblo más cercano, al norte del Caquetá. En el patio de su casa aparecía, de vez en cuando, algún mamífero perdido. El último que recuerda fue una danta. Su marido sacó el winchester y la cazó.
Shopping Basket