Mauricio Iguarán: “Todos deben ser anfitriones del proceso de paz con el ELN”

Mauricio Iguarán: “Todos deben ser anfitriones del proceso de paz con el ELN”

Texto

Camilo Alzate

Ilustración

Andrés Felipe Rivera

Febrero 7 de 2024

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Mauricio Iguarán:

“Todos deben ser anfitriones del proceso de paz con el ELN”

El guerrillero Mauricio Iguarán fue delegado por el Ejército de Liberación Nacional para acompañar el proceso de participación de la sociedad civil en los diálogos que el gobierno lleva a cabo con esa organización. La participación de la sociedad civil es el punto central en la agenda de diálogos de la guerrilla para consolidar su propuesta de “paz con transformaciones”. 

Iguarán conversó con Baudó AP y dio su opinión sobre cómo avanzaron los primeros encuentros con miembros y sectores de la sociedad civil, que tuvieron lugar entre septiembre y diciembre de 2023, y que deberán retomarse a mediados de febrero.



¿Cómo ve el proceso de participación de la sociedad civil en los diálogos?

Todo ha avanzado significativamente. En lo que tiene que ver con la metodología, cada evento ha venido dando unos elementos para cualificar. Vemos el proceso con bastante optimismo, hay muchas iniciativas, mucha creatividad. En las intervenciones se manifiestan algunas preocupaciones, sobre todo en lo que tiene que ver con las garantías, pero también se habla de este proceso como la oportunidad para contribuir a lograr el gran acuerdo nacional  que le de una ruta a la paz con transformaciones, que es el sueño que tienen los colombianos.

 

En ocasiones anteriores no se había notado una distensión como la que hay ahora con el ELN: el cese al fuego ha funcionado y el proceso de participación de la sociedad civil ya arrancó, ¿comparte ese optimismo?

Eso es bastante relativo. Por ejemplo, el 19 de octubre del año pasado el ejército atacó una unidad nuestra en el sur de Bolívar, en Montecristo. Afortunadamente, no hubo bajas de parte de nosotros. Se ha notado que, primero, tropas del ejército acompañaban a las Autodefensas Gaitanistas. Y las comunidades lo evidenciaron. Pero si ellos violan el cese al fuego nosotros no vamos a violarlo. Hay unos sectores del ejército que están interesados en la paz y en el proceso, pero hay otros que no. Es una preocupación que tenemos, pero hay que seguir luchando por esto. Estamos convencidos de la solución política al conflicto armado. ¿Cuál es el llamado a la sociedad? No sólo que acompañen este proceso de paz, sino que se vuelvan anfitriones de él, que no se sientan como unos invitados.

 

¿Ha habido otras violaciones al cese?

En Arauca tenemos testimonios de los sobrevivientes a los combates con las disidencias de Antonio Medina y dicen que fue el ejército fue el que los atacó, Medina solo llegó para la foto.

 

¿Pero qué pruebas tienen ustedes de eso? Hay mucha especulación sobre el supuesto apoyo del ejército a Antonio Medina, pero también es el ejército el que ha golpeado y bombardeado a ese grupo disidente…

Tenemos el testimonio de los compañeros sobrevivientes.

 

Ustedes repiten siempre una versión oficial del compromiso con la paz, pero uno va a las regiones y no nota la misma sintonía de todos los sectores del ELN con el proceso, ¿hay una apuesta de todo el ELN por la paz?

Sí, claro. La organización tiene un principio de unidad interna y centralismo democrático. Todos los miembros del ELN nos basamos en eso. Todas las decisiones se toman de manera colectiva. Puede que haya matices o puntos de vista diferentes, pero esto es una decisión del pleno, los superiores hicieron dos plenos: uno para mirar lo del cese bilateral y otro para lo de la participación. En el ELN no contradecimos con vías de hecho.

 

¿Eso qué significa?

 Que si ya hay algo acordado, así algunos estemos en desacuerdo, no podemos ir en contra. Si fuera así, ya algunos frentes de guerra hubieran reaccionado militarmente contra el ejército. Mire en Arauca: todavía no hemos atacado al ejército. La realidad es muy compleja, pero lo fundamental es el propósito que tenemos de una solución política.

 

Los presos del ELN tienen algunas quejas con el hecho de que no se haya materializado a fondo el tema para lograr alivios en las cárceles, ¿cómo va eso en la mesa de diálogos?

Esos son los alivios, acciones y dinámicas humanitarias. En los acuerdos tenemos tres partes: el cese al fuego, la participación de la sociedad y las acciones humanitarias. Hubo un acuerdo para liberar a diez compañeros enfermos, pero dos se murieron en las cárceles antes de eso. Ahora hay un acuerdo para que salgan diez compañeros como promotores de paz que se dedicarán a hacer labores de paz en un espacio definido.

 

Si este proceso sale mal, ¿qué pasaría? ¿Qué está pensando el ELN si la paz no funciona?

Esa es la pregunta del millón. Como ELN no tenemos un plan B; a lo que hay que apostarle es a que esto no salga mal, hay que crear unas condiciones para eso. ¿Cuáles serían esas condiciones? Que el proceso de paz se institucionalice y no esté supeditado al gobierno de turno, porque entraríamos en una situación pendular: cuatro años de paz, cuatro años de guerra. Hay que evitar ese péndulo entre la paz y la guerra, debemos tratar que todo vaya enrutado hacia las soluciones concretas de este conflicto.

 

Pero esa responsabilidad les cae también a ustedes, no es sólo la voluntad de este gobierno, se necesitan gestos: que el ELN entregue las armas, que desescalen la guerra en algunas zonas, que sus efectivos hagan el tránsito a la vida civil…

Claro, es la voluntad de las dos partes, pero también la realidad que estamos viviendo. Mire lo de las Farc: ellos cumplieron, entregaron las armas, pero no les han cumplido. ¿Qué queremos? Ahí están los puntos de la agenda en donde decimos que no estamos con el modelo de desmovilización, desarme y reinserción, sino que tenemos que ser creativos, no podemos copiar lo del pasado, tampoco desecharlo. Este es un momento diferente, una situación diferente. Queremos el desmonte del paramilitarismo y sacar la violencia de la política, lo dijo el comandante Pablo Beltrán. Usted ve las amenazas a los líderes sociales, a los candidatos, aquí no hay ni siquiera garantías para defender al gobierno de Petro. Si no hay garantías para la gente que defiende al gobierno, ¿qué esperamos para nosotros? Yo pienso como eleno y quiero que la sociedad me acepte como eleno, sin temor a que me maten, que la paz no nos cueste la vida.

 

Hay una situación que yo mismo he comprobado en terreno y es que cada vez más las estructuras del ELN terminan envueltas en las economías ilegales como la coca o la minería. Eso genera una lumpenización y es un fenómeno que también le ocurrió a las antiguas FARC. ¿Qué han pensado para evitar eso?

Yo como militante de la organización no tengo informe de que haya mandos lumpenizados. No sé qué pruebas tenga usted, pero nosotros tenemos un código de ética en el que planteamos un deslinde categórico con el narcotráfico, ¿qué hacemos? Cobramos un impuesto, pero por ejemplo en la Serranía del Perijá, de donde soy yo, no hay narcotráfico. Hay algo que decía José Martí: “la pobreza pasa, lo que no pasa es la deshonra”. El deslinde con el narcotráfico es un asunto ético. Si ha habido casos de compañeros, pero han sido castigados, somos categóricos en que ningún mando debe estar en el narcotráfico.

 

La mesa de diálogos sesionó el año pasado en Colombia, algo que nunca había ocurrido con el ELN. ¿Viene la mesa a instalarse aquí?

No. Uno de los acuerdos es que las sesiones se van a hacer en el extranjero. Esa sesión se hizo para informar que los comandantes estarían haciendo pedagogía de paz en los territorios y para que el Departamento Nacional de Planeación socializara una propuesta de inversión económica en los ríos San Juan y Calima, en Chocó. No solamente se trata de implementar alivios humanitarios, sino también inversión social.

 

Algunas versiones indicaron que Cuba tenía reparos con que los diálogos continuaran allá, por el lío tan grande en que se metieron cuando ustedes atacaron la Escuela de Cadetes de la Policía en 2019, a raíz de lo cual Cuba fue incluida en una lista de países que apoyan el terrorismo…

Cuba siempre ha apoyado el proceso de paz en Colombia. Ahora se quiere que haya rotación.

 

¿Brasil también será sede de algún ciclo de conversaciones?

Brasil y Chile se habían pensado también como sede, pero no sé por qué no se han concretado. En Cuba se hizo el ciclo y el interciclo de diálogos. Hay que valorar eso. Cuba ha sido digna en el sentido de que asumió los costos políticos y económicos de no entregarle los comandantes nuestros a Iván Duque, eso hay que valorarlo.

 

¿Algo más que agregar?

No queremos cometer los errores que se cometieron con las Farc, que se polarice el país entre los que quieren paz y los que no quieren paz con el ELN.

 

¿Y cómo evitar esa polarización?

Que nos reconozcamos en las diferencias. Algo valioso es que en el Comité Nacional de Participación, creado para que la sociedad civil aporte a los diálogos, los gremios están participando, también José Félix Lafaurie de Fedegán y los exmilitares con Acore. Yo creo que eso es un buen ejercicio. Queremos que no se estigmatice al líder social, pero tampoco al del Centro Democrático o Cambio Radical. Hay que profundizar más en las identidades para continuar en este proceso, en vez de profundizar en las diferencias. No es que el proceso de diálogos sea entre el gobierno y el ELN, y que los demás sean solo invitados. Eso no. Aquí no hay invitados: todos somos anfitriones de este proceso.

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