En los últimos años el Amazonas ha estado en el centro de las noticias debido a las crecientes amenazas que avanzan destruyendo cientos de miles de hectáreas de bosques en Brasil, Colombia, Perú y Ecuador. Minería, tala indiscriminada, acaparación de tierras y explotación de petróleo, son los principales problemas que atacan la selva desde todos los frentes
Para enfrentar estos problemas algunas organizaciones, como el Instituto SINCHI, hacen investigación desde la selva en un esfuerzo por conocer para conservar.
El complejo de Cyathea pungens por fin tiene rostro

Esta investigación partió de una duda fundamental: ¿cuántas especies se estaban escondiendo tras el nombre de Cyathea pungens? La respuesta no era sencilla. Esta planta, presente desde el Caribe colombiano hasta los bosques del Perú, Bolivia y Brasil, mostraba variaciones morfológicas según el ambiente en el que crecía. Algunas con hojas más largas, otras con lóbulos más redondeados.
“El problema era que no se distinguía entre variaciones naturales y diferencias reales entre especies”, explica Rodríguez. Esa confusión llevaba a errores históricos de identificación que se replicaban en investigaciones, colecciones y hasta en estrategias de conservación.

La resolución del problema fue posible gracias a un trabajo meticuloso de revisión de ejemplares en múltiples herbarios del continente. Markus Lehnert, especialista internacional en el género, viajó por Perú, Bolivia, Colombia y otros países para examinar colecciones físicas y digitalizadas.
Finalmente el equipo identificó y describió con precisión varias especies y reafirmó la existencia de otras que habían sido puestas en duda.
“Por ejemplo, Cyathea werffii, una especie que solo tenía un registro antiguo en lo que es hoy un barrio de Villavicencio, ahora cuenta con tres registros confirmados en el suroccidente colombiano”, dice Rodríguez. “Ya no es una duda, sino una certeza botánica.”
Nuevo registro de Neurolejeunea seminervis en Colombia

Un pequeño briofito, planta no vascular hasta ahora desconocida en el país, fue hallada en la amazonia colombiana creciendo sobre una orquídea recolectada en Mitú, Vaupés.
El hallazgo, liderado por el investigador Wilson Ricardo Álvaro Alba, curador de la colección de briófitos y líquenes del Herbario Amazónico Colombiano Dairon Cárdenas López (COAH) del Instituto SINCHI, amplía el conocimiento sobre la biodiversidad de la región amazónica y aporta datos clave para la conservación de especies y ecosistemas.

En un rincón húmedo y remoto de la amazonia colombiana, sobre los tallos y raíces de una orquídea recolectada en la comunidad de Villa Fátima (Mitú, Vaupés), apareció lo que a simple vista parecía una capa verdosa. Sin embargo, al observarla bajo el microscopio, esa mancha vegetal reveló algo mucho más significativo: Neurolejeunea seminervis, una especie de briófito nunca antes registrada en Colombia.
El botánico Jorge Vélez recolectaba una orquídea identificada como Madisonia spiculifera. Durante el estudio del espécimen notó que una planta mucho más pequeña —una hepática— colonizaba la superficie de sus tallos y raíces. Ante la curiosidad, acudió al curador de briófitos y líquenes del Herbario, Wilson Ricardo Álvaro Alba, quien realizó el análisis detallado. “Cuando la observamos al microscopio, vimos características muy particulares que nos permitieron identificarla como Neurolejeunea seminervis, un nuevo registro para el país”, explica Álvaro, quien lleva 15 años en el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI.
Aunque esta especie ya había sido reportada en otros países, nunca se había documentado en territorio colombiano. “Es un nuevo registro, lo que significa que la especie existe, pero no había evidencia de su presencia en Colombia hasta ahora”, aclara el investigador.
Entre las rocas más antiguas del continente descubren nueva planta amazónica
Una expedición en los cerros rocosos y milenarios del Vaupés y el Amazonas llevó a un hallazgo extraordinario: una especie vegetal nunca antes registrada por la ciencia. Su descubrimiento amplía el conocimiento botánico de la región y visibiliza el trabajo meticuloso y titánico de un herbario colombiano que recorre y documenta territorios donde pocos han llegado.

Fotos de Dairon Cárdenas y Mateo Coral
Lacistema morrocoensis, una nueva especie de planta de la familia Lacistemataceae, endémica de Colombia y con una historia tan frágil como el ecosistema que habita.
El hallazgo fue publicado en mayo de 2025 en la revista científica Phytotaxa, fruto de un trabajo conjunto entre el botánico colombiano Jorge Mario Vélez, del Herbario Amazónico Colombiano Dairon Cárdenas COAH, el Instituto SINCHI, y Lucas Cardoso, botánico brasilero de la Universidad Federal do Maranhão.
«Nombrar una especie es como darle existencia ante el mundo. Si no tiene nombre, no existe para la ciencia, ni para las políticas ambientales», explica Jorge Vélez, investigador del Instituto SINCHI.

Nicolás Castaño, Coordinador Programa Ecosistemas y Recursos Naturales Instituto SINCHI
Aunque parezca un asunto técnico y superficial, la taxonomía es el punto de partida para entender y conservar la biodiversidad. Una mala identificación puede invisibilizar una especie en peligro o llevar a tomar decisiones equivocadas sobre su manejo.
En Colombia, donde el 50 % del territorio es selvático y aún con mucho territorio por explorar científicamente, no publicar las especies nuevas implica que puedan desaparecer en el anonimato. «Si no sabemos que existe, ¿cómo la protegemos?», se pregunta Jorge Vélez, investigador y coautor del artículo científico. Por eso, este tipo de publicaciones son una alerta temprana para proteger la vida invisible que sostiene los ecosistemas.
Nicolás Castaño, Coordinador Programa Ecosistemas y Recursos Naturales Instituto SINCHI

Colombia es uno de los países más biodiversos del planeta, pero todavía hay mucho por descubrir. En palabras de Wilson Álvaro: “En los últimos tiempos hemos tenido la suerte de encontrar con cierta frecuencia nuevos registros para el país y también nuevas especies para la ciencia. Eso nos recuerda que aún nos falta conocer muchísimo de nuestra riqueza natural”.