La semana pasada una noticia política sacudió el panorama nacional: los Estados Unidos no otorgaron la certificación a Colombia en lo que ellos llaman la “guerra contra las drogas”. Pese a que el gobierno de Gustavo Petro ha incautado más cocaína que cualquier otro en la historia, la potencia del norte asegura que el país ha incumplido sus compromisos en materia de lucha antinarcóticos.
Marco Rubio, el secretario de estado norteamericano, ofreció declaraciones asegurando que el verdadero problema era el presidente colombiano y se interpretó la descertificación como una maniobra política de Donald Trump para aislar aún más al gobierno de izquierda de Petro y así incidir en las próximas elecciones del país.
Baudó Agencia Pública conversó con el historiador Salomón Majbub, quien preside el Observatorio de Cultivos de uso Ilícito de la organización INDEPAZ y antes trabajó como uno de los expertos de la Comisión de la Verdad, investigando la relación entre el narcotráfico y el conflicto armado colombiano. Majbub critica la postura de los Estados Unidos y asegura
Lo cierto es que pese a toda la criminalización que se ha hecho contra las economías del narcotráfico, el consumo de drogas en el mundo nunca ha dejado de crecer y los Estados Unidos son uno de los mercados que más las demandan.
La otra cara de este boyante mercado son los países productores como Colombia, donde la persecución a campesinos cultivadores de coca y marihuana ha dejado miles de muertos, tierras arrasadas y una grave crisis social que ni este, ni ningún gobierno anterior logró resolver.
La senadora Isabel Zuleta criticó en el Congreso el doble rasero de los Estados Unidos, que imponen la prohibición al tráfico y consumo de drogas, pero negocian bajo la mesa con los narcotraficantes para quedarse con sus fortunas. Según Zuleta, los norteamericanos no quieren combatir el narcotráfico, sino lucrarse de él.
Estefania Ciro, experta en política de drogas del centro de pensamiento A la orilla del río, asegura que es el momento de cambiar el paradigma prohibicionista y pasar a un escenario de legalización y regulación. Esta sería, según ella, la manera en que podría superarse la violencia ligada al narcotráfico.