Después de nueve horas de viaje en bote, bajo un cielo totalmente despejado, se alcanzan a ver las luces de las linternas en la comunidad de Puerto Remanso. El silencio en las noches al lado del Río Caquetá intensifica el sonido de los insectos de la selva, que acompañan el golpe del agua contra las balsas que aguardan cerca a la maloca.
La etnia Miraña y la etnia Bora se unieron por las distintas “bonanzas” extractivas que acabaron con el territorio y con algunos de los Miraña. La migración de muchos de ellos y la semejanza entre sus lenguas permitieron esa unión que ahora permanece en el Territorio PANI.
Las huellas de la cauchería han sido imborrables y así como otras “bonanzas” tocaron el Amazonas colombiano en distintas épocas, la explotación ilegal del oro en este territorio y en otros cercanos, viene marcando unas grietas invisibles pero permanentes.
El mercurio arrojado al agua y al aire, poco a poco ha invadido todas las fuentes de alimentación de los Miraña Bora. Los peces y las chagras (cultivos) a orilla del río están contaminados y debido a esto la comunidad también. Los peces superan tres veces el límite de mercurio y la comunidad muestra un promedio de 15,4 a 19,7 ppm (partes por millón) siendo 1 ppm el nivel adecuado.
2 de Julio de 2018